Me quito con maña los bigudíes.
Me restriego con saña…las legañas.
Me levanto
Con entusiasmo carcamal me tiño el bigote.
Que para la cita que tengo hoy
hay que ir feten,
desde los pies al cogote.
De golpe certero,
le endiño una patada a la tarabilla
que me pone en disposición
de jalar por los andurriales
oliendo el crujir de rastrojos,
jaras y romerales.
En un cerro de enfrente,
una perdiz macho se desgañita
con su cuchischicc, cuchischicc
que provoca
el levantamiento general de una tropa
que tijera en mano,
se afana en llenar de uvas negras
unos banastos de esparto
con más de una cosecha
Mientras, una burra blanca
se espanta las moscas con la cola
Pinos, quejigos, encinas y quejigales.
Majoletos y tapaculos, (que parecen similares
pero a la hora de cagar, si los has comido
no son iguales)
se visten de rojos frutos
para goce de petirrojos, carboneros y zorzales.
El bosque saca su lápiz de mil colores
y se va pintando de mil primores.
Sacad laúd y bandurria,
violín y guitarra.
Empezad a tocar unos verdiales,
que el otoño acaba de abrir su carpa
al lado del río Bérchules,
plena Alpujarra
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